14 ago 2009

Postales de un desencuentro

—¿Todavía solo Sargento?... Mandelá a llamar a la Stella Maris antes de que se indigeste con tanto fiambre —sugiere Sebastián, el eterno empleado de la única rotisería del pueblo.
El Sargento Humberto Soliz asiente con una mueca y toma el paquete de las manos rollizas del hombre. Cien de mortadela y cien de queso. También lleva una tira de pan. Ya no recuerda la cantidad de sánguches que ha comido desde que su mujer se fue. “No me va a quedar otra que aprender a cocinar”, reflexiona camino a casa.
Al girar la llave, alcanza a distinguir cómo el chirrido de la cerradura rebota en el interior de la vivienda. La sabe hueca. La intuye fría. Entra y sus músculos se tensan. El eco que ha producido su llegada le resulta ofensivo. “Si la soledad hace ruido”— piensa— “debe ser éste”. Deposita el fiambre y el pan sobre la mesa y lava un cuchillo de los tantos que reposan sucios en la pileta. Abre la heladera y saca su único contenido. Un frasco casi vacío de mayonesa. “Todo listo para preparar el sánguche número cien”, suspira amargado.
Dá un par de mordiscos a su almuerzo mientras saca una caja de lata del cristalero, como insiste Stella Maris en llamar al aparador. Coloca la caja sobre la mesa, suavemente, casi con una caricia. Pone el sánguche a un costado y la abre. Inmediatamente, el contenido de la caja da un respingo y, como si hubieran estado a la espera de una bocanada de aire o de una chispa de luz, un par de sobres y postales se deslizan al exterior y caen sobre el sánguche. Soliz los retira horrorizado. Los revisa con esmero. Nada. Están intactos. Respira aliviado.
Toma la primera postal de la pila y observa con detenimiento la foto. Está sacada desde un muelle. Infinidad de barcos de todos colores pueblan una bahía, azul profundo, que se extiende efervescente hasta un cielo deslucido, teñido de smog. Da vuelta la postal y lee, como cada mediodía:
Avenida Las Golondrinas 3569
Comuna de Talcahuano
Gran Concepción - Chile
6 de Agosto 2007
Querido Humberto:
¡Si vieras el tamaño de los barcos que atracan en este puerto! Quiero que sepas que estoy bien. Conseguí trabajo en una compañía teatral como peinadora y maquilladora. Cuidate.
Stella Maris
Se vuelve hacia la caja y retira el sobre que sigue en la cima de la montaña epistolar. En él se lee la dirección desde donde se remitió la postal. Reconoce su propia caligrafía, dura y angulosa, y observa con pesar el sello estampado en tinta roja sobre sus trazos: DESTINATARIO NO ENCONTRADO. Saca la carta del sobre, que recuerda haber rasgado con apuro, y comienza a recorrerla de memoria.
Caldén Quemado, 16 de Agosto 2007
Stella Maris:
Cuando dijiste que te ibas a la casa de tu prima por unos días nunca pensé que ibas a hacerme una cosa así. Hasta me quedé contento pensando que te vendría bien un cambio de aire. ¡Pero qué pelotudo! ¿Cómo pudiste? Casi me muero de la angustia. El día que llegó tu postal me dio un ataque al hígado que por poco me tienen que internar. Tres días metido en casa estuve. En casa, Stella, ¿te acordás?, nuestra casa. ¿Cómo pudiste olvidarte de los veinte años que llevamos juntos? Trece años de matrimonio, Stella. ¡Trece!. ¿Qué carajos te pasó me querés decir? ¿Te das cuenta cómo me vas a hacer quedar delante de los vecinos si se enteran de tu chifladura? Sinceramente no te entiendo. Y más vale que cuando vuelvas me tengas una muy buena explicación. Quedo a la espera de tu regreso.
Humberto
Con los ojos brillosos y el ceño fruncido, dobla la hoja y la vuelve a meter en el sobre. Saca la postal que sigue y una vez más se sorprende con el blanquísimo brillo de una playa casi desierta, enmarcada por altísimas palmeras, en contraste con el espumoso azul marino del Pacífico. En el reverso figuran las palabras que aceleran su pulso cada día.
Avenida Arturo Prat 1265
Iquique
I Región de Tarapacá - Chile
30 de Agosto 2007
Querido Humberto:
Cómo desearía que pudieras sentir en tus pies lo finita y suave que es la arena de esta costa. Sé que odiás caminar descalzo por la playa pero te juro que vale la pena. Seguimos de gira. Acá son todos muy amables y estoy aprendiendo mucho. Todo mi cariño para vos.
Stella Maris
Extrae la carta del sobre siguiente y lee de su propio puño:
Caldén Quemado, 10 de Septiembre 2007
Stella Maris:
Ya que mi primera carta no te llegó, vuelvo a escribirte. Todavía no puedo entender por qué te fuiste. Quiero creer que vas a volver. Les dije a los vecinos que estabas cuidando a tu tía enferma en la capital. “Tiene un corazón de oro la Stellita” dijeron todos. Si supieran…
Si lo que querías era trabajar, me lo hubieras dicho de frente. Sé que tocamos el tema un par de veces pero pensé que había quedado claro que yo podía mantenerte. Si te fuiste por lo de los hijos Stella, tengo que decirte algo: el año pasado me hice los estudios que tanto querías y soy yo el que no puede darte hijos. No es verdad lo que te dije, eso de que no quiero tenerlos. En realidad no puedo Stella. Aunque quiera, no puedo. Y ya sabés lo que pienso con respecto a la adopción. De ninguna manera. ¡Andá a saber los genes que puede andar cargando un bebé de desconocidos! Volvé a casa Stella y conversamos.
Humberto
Toma la postal que sigue y se entretiene observando los detalles de una masiva iglesia incaica. Al darla vuelta siente pena por su almuerzo.
Simón Bolívar 255
Juliaca
Provincia de San Román - Perú
15 de Septiembre 2007
Querido Humberto:
¡Estoy a 3.825 metros sobre el nivel del mar! A veces me falta un poco el aire pero no me desanimo y sigo recorriendo esta maravillosa ciudad andina. Si vieras las construcciones precolombinas… ¡se te caen las medias! como decís vos. Cuidate mucho y no comas porquerías.
Stella Maris
Desde la caja le llega el olor del perfume almizclado con el que roció la siguiente carta:
Caldén Quemado, 23 de Septiembre 2007
Stella Maris:
Mis cartas no te llegan. Ya no quiero saber porqué te fuiste. Sólo quiero que vuelvas. Tengo dos sorpresas para darte. La primera es que alquilé el localcito a la vuelta de la seccional para que pongas tu salón de belleza, como siempre quisiste. La segunda es que hablé con la asistente social y le dije que tenemos intenciones de adoptar un bebé. Sé que tendría que habértelo consultado pero como no estás, decidí empezar los trámites cuanto antes así ya están más avanzados para cuando regreses. Vos viste cómo tardan estas cosas…
Te extraño mucho Stella y quiero que sepas que no estoy comiendo nada bien. Te necesito. Volvé.
Humberto
La foto de la postal que viene no le atrae demasiado. Es una vista área de una ciudad con mucho verde en la que no se distingue nada especial. En el reverso aparece la letra clara y redondeada que tanto ha llegado a amar.
Pedro de la Rocha 798
Trinidad
Departamento del Beni - Bolivia
10 de Octubre 2007
Querido Humberto:
Llueve, llueve y llueve. ¡Las plantas felices! No te imaginás la cantidad de flores tropicales que hay acá por todos lados, salen como yuyos. Ojalá no hayas dejado de regar mis macetas. Especialmente los helechos. Cariños.
Stella Maris
El sobre que sigue está todo arrugado y, en su interior, la carta rota en varios pedazos. Soliz saca cuidadosamente todas las partes, las acomoda cual rompecabezas sobre la mesa, y lee:
Caldén Quemado, 19 de Octubre 2007
Querida Stella Maris:
Ya no soporto más tu ausencia ni la angustia de saber que mis cartas no te llegan. Estuve tratando de mantenerme ocupado para pensar menos y acortar un poco los días. Alquilé un local para que pongas tu propio salón de belleza y lo estuve pintando. Tendrías que haber visto la cara del gringo de la pinturería cuando le compré 20 litros de latex color lila, tu favorito. Ya pinté el frente y mandé a colocar un cartel tallado en madera que dice ‘Stella Maris’, en letra cursiva. Espero que te guste el nombre, no se me ocurrió otro. También inicié los trámites para que adoptemos un bebé y ayer me informaron de una chica en la capital, una nena prácticamente, que va a tener un hijo en unas semanas y que lo quiere dar. ¡Lo recibiríamos recién nacido Stella!
Las plantas te extrañan gordita. El helecho grande perdió casi todas las hojas... ¡Y eso que lo riego dos veces al día! Por favor volvé cuanto antes.
Humberto
La postal que viene ahora es su favorita. Sus arboledas y sus grandes extensiones verdes, salpicadas de diminutas vacas que pacen mansamente, logran transmitirle un sentimiento de serenidad, cierta quietud.
Santa Catalina 876
Pozo Colorado
Departamento de Presidente Hayes
Paraguay
5 de Noviembre 2007
Querido Humberto:
Hoy comí algo parecido a un asado y no pude dejar de pensar en las exquisitas costillas que preparás cada domingo. Te extraño.
Stella Maris
Con desazón, saca de su bolsillo un sobre estampado con la misma rubrica roja de los anteriores. Lo abre y recorre las líneas apuradas de su desolación.
Caldén Quemado, 15 de Noviembre 2007
Mi adorada Stella Maris:
¿Por qué corrés de esta manera? Mis cartas nunca te alcanzan. Estoy desesperado. Ya no me importa lo que piensen los vecinos. Me ven ir y venir, acarreando cosas, solo como un perro, y ya no preguntan más por vos, me tienen lástima. Lo único que espero es que los rumores de tu desaparición no lleguen a oídos de la asistente social. Inicié los trámites para adoptar un bebé y me avisaron que en dos semanas nace y lo traemos a vivir con nosotros inmediatamente. En realidad es “la” y se va a llamar María Sol, si estás de acuerdo, por supuesto. No te preocupes porque ya tengo todo listo. Acondicioné la piecita chica y compré de todo para Solcito. Todo rosa por supuesto, como corresponde. Me ofrecían esos colores nuevos, que color coco, que verde manzana, que amarillo limón, ¡ni que fuera una ensalada de frutas la chica! Quedate tranquila que también le mandé a tejer una mantilla liviana con Doña Tita, y le dejé unas puntillitas para que la adorne. A nuestra nena no le puede faltar nada. Y definitivamente lo que no le debe faltar es la madre. ¡Volvé Stella porque no sé qué voy a hacer sin vos con una beba recién nacida! Me olvidaba, también hay un salón de belleza todo pintado de lila, con tu nombre tallado en madera en el frente, esperando a que lo vengas a inaugurar. Ya tenés todos los turnos dados para los próximos dos meses. ¡Por dios volvé urgente Stella Maris! Te espero con ansias.
Humberto
Dobla la carta, visiblemente emocionado, la introduce otra vez en el sobre, y lo coloca en el fondo de la caja. Con marcada dedicación, acomoda nuevamente todas las postales y los sobres en el estricto orden cronológico en el que estaban y cierra lo que considera ya su cofre del tesoro. “Es hora de volver a la seccional”, piensa. Delicadamente, mete la caja en el aparador, sacude las migas de su uniforme, y parte apesadumbrado hacia la calle. “A lo mejor esta tarde debería pasar por el correo para ver si hay postal de Stella Maris…”, pero deshecha la idea, ya perdió las esperanzas de que vuelva. Se niega a pensar qué hará cuando, en dos días, tenga que ir a la capital en busca de “su Solcito”. No soporta la idea de tener que devolverla como si fuera un par de zapatos de calce incómodo o de color inconveniente.
Y mientras el Sargento desanda sus pasos a lo largo de los trescientos metros de veredas candentes que lo separan de la seccional, en la oscuridad de la casilla postal 345, descansa un sobre perfumado, sin remitente, en cuyo interior se lee la siguiente nota:
23 de Noviembre 2007
Querido Humberto:
Recorrí lugares maravillosos, conocí a mucha gente, aprendí infinidad de cosas y disfruté inmensamente de todo, pero siempre me faltó algo: poder compartirlo con vos. Espero que me quieras de vuelta porque regreso el lunes. Vuelvo a vos.
Stella Maris

18 comentarios:

  1. Ceci:
    Dios! gracias por el final feliz.
    Yo lo venía necesitando.
    (Como disfruto de tus escritos!)
    beso
    glo

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  2. Cecilia, siempre me acuerdo del título del otro blog donde te comencé a leer: "Puro cuento y arrebato" y al terminar de leer este relato sentí que tiene mucho de realidad y poco de cuento. Tiene mucho de ternura y poco de arrebato.

    Me atrapó, me hizo reflexionar, me emocionó doblemente por lo que representa el amor de un hombre por una mujer y el amor por un bebé.

    De todos tus escritos siento que es el que más me ha gustado y tu estilo detallado e intimista con ese final que solo promete cosas buenas me ha conmovido tanto como aquel libro de Garcia Marquez sobre "El amor en tiempos del cólera".

    Quedo a la espera otras de las historias que te habitan.

    Saludos

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  3. Estimada Cecilia: Me tuvo con el corazón en la boca todo el tiempo, aparte de que estaba pegado a la pantalla porque está tan chiquita la letra que me costó uno y la mitad del otro leerla. ¡Que linda historia! Y esa última postal, descansando en la 345...¡Que sublime esa imagen!
    Muchos besos.

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  4. Glo: Hola linda!!! Me alegro que te haya venido bien el final feliz... A mí también me hacen falta últimamente.
    Me honra que te gusten mis escritos, muchas gracias!
    Besote,
    Ceci

    Pepeluí, siempre tan generoso con tus palabras!! muchas gracias!!! Y que Gabo no se entere que lo estás comparando conmigo porque se arma!!! Es una paralelo que me queda muy pero muy grande. Así todo agradezco tu noble intención.
    Cariños para vos y para tu enanito.
    Ceci

    Estimado Adrián:
    Hice caso a su velada sugerencia y, ante la imposibidad de facilitarle unos lentes, agrandé la letra. Gracias por hacer el esfuerzo de leerme y por sus amables palabras.
    Cariños,
    Ceci

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  5. ¡Qué maravilla!! Aplaudo de pié! me encantó y me tuvo inmovilizada y espectante desde la primera a la última frase! Que placer.

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  6. Sencillamente ¡espectacular!, yo que no suelo ablandarme fácil estuve al borde de las lágrimas, me encantó!!!!

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  7. ayyyy menos maaall!! tuve que releer, a ver si me perdí algún bajón, pero nooo!! termina bien! qué lindo. aparte de este detalle, impecable como siempre ceci. me encantó. salutes.

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  8. Lils, me alivia no haber defraudado en esta primera entrega. Estaba con unos nervios!!! Y esa era la idea, que el texto fuera escalando hasta llegar al desenlace. Qué bueno que lo sentiste así entonces!! ;)
    Un Beso,
    Ceci

    Hola Anhir! Bienvenida! Me alegra que mi relato haya logrado conmoverte. Para eso escribo, para llegar a mis lectores, para traspasar barreras, para conectarnos en lo que nos hace humanos.
    Beso,
    Ceci

    Cla!! Te me perdiste al final??? jajajaja ¿O no me tenías fé que lo iba a terminar bien? Pobre Cla!!! Bueno, por suerte te terminó gustando... Gracias por pasar linda. Besote para vos.
    Ceci

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  9. Lamentablemente el género epistolar (aunque convengamos, más que género es un recurso narrativo), que ha sabido darnos maravillas como Frankenstein y Drácula, parecería que hace rato que está demodée. Por suerte cada tanto alguien como vos lo resucita. Gracias por esta hermosa pastillita!

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  10. Hola Howlin, un gusto conocerte! Lo último que leí en el género espistolar fue "Pantaleón y las Visitadoras" de Vargas LLosa. Me pareció magnífico. Personalmente, las cartas me resultan un buen recurso. Me resisto al narrador omnisciente. Prefiero contar desde múltiples voces y multiples enfoques. Es lo que me divierte de escribir. No juego a ser dios, juego a ponerme en los zapatos de otro...
    Saludos,
    Cecilia

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  11. Siendo así, me encantaría que leyeras este cuento ;) http://blogs.clarin.com/nhsp/2008/11/4/olvidalo-carino

    Es largo, lo se, lo se...

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  12. Ceci:
    Perdón por la demora, pero ando en baja forma. Aún así, tu relato me gustó mucho y la posibilidad, el atisbo de un final feliz es reconfortante. Muchas gracias.

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  13. Howlin, leí el cuento que me sugeriste y me pareció muy, muy bueno... refleja una realidad durísima pero cada vez más común. Y no me asustan los textos largos, para nada!!! Estoy entrenada ;)
    Saludos!

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  14. Enrique, por favor no te disculpes porque cada uno tiene sus tiempos... yo a veces estoy, a veces desaparezco... y es así, hay vida fuera del blog!! ;)
    Me alegra mucho que te haya gustado el texto. Gracias por tus comentarios!
    Ceci

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  15. Seré curioso, leíste los 25 capítulos?

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  16. JAAAAAAA! Nop! Noté que era por entregas pero no me dí cuenta que ya lo habías terminado... pensé que continuaba en estos días!

    Recién vengo de tu blog. Fui a ver si encontraba los 24 capítulos que me faltan... Soy un queso como internauta pero creo que los encontré... Los voy a leer... ;)
    Saludos,
    Ceci

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  17. Ahora sí los leí todos!
    BUE-NÍ-SI-MO!!! Me gustó todo. los narradores, la trama, los enlaces, todo, muy bueno. La verdad. Escribís en serio...
    Felicitaciones!

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  18. Gracias!!! Me alegra que te haya gustado!!!

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